sábado, 16 de noviembre de 2013

Día 5: Mi cuaño me ayuda.

Entre las muchas virtudes de mi cuñao, dos sobresalen por encima de todas. Sus amplios conocimientos de todo lo humanamente abarcable y su don de la oportunidad. Ha sido encender el Tuintty (¿por qué no le pondrían otro nombre?) y mi cuñao se ha personado en mi casa con la generosa intención de ayudarme.

Desde que se comprara un ordenador en su banco (a pagar en doscientos cómodos plazos mensuales de cincuenta euros), hace ya cuatro meses, se ha convertido en todo un experto en las nuevas tecnologías y domina cualquier programa, red social y aspecto de la informática. Con tan impresionante experiencia no puedo por menos que permitirle que se adueñe por un rato de mi cuenta y me la optimice. Bueno, por su experiencia y por el empujón que, al grito de "quitapallá que no te enteras de la misa la media", me ha propinado.

Ha empezado a revisar la lista de aquellos a los que hace dos días les di follow de ese. Tras chasquear catorce veces la lengua, provocando sonidos reprobatorios, me ha soltado un "si es que tú no sabes" y en apenas dos minutos ha dejado vacía la lista haciendo unfollows a todo dios y deshaciendo mi trabajo de horas en menos que canta un gallo (que no sé cuánto aguantará el bicho ese cantando pero debe ser muy poco a juzgar por lo que dicen por ahí).

Supongo que mi cara de espanto ha sido evidente porque, con tono tranquilizador, me ha dicho: "No te preocupes, cuñao, que ahora te pongo unas cuentas buenas, buenas, de las que sé yo". Y, efectivamente, me ha puesto unas cuantas cuentas: todas las relacionadas con diarios deportivos y clubs de fútbol, unas cuantas relacionadas con Camela, los Chichos y Melendi y unas de un tal Marhuenda, de otro llamado Ussía y del grupo Intereconomía "para que no te manipulen y tengas información de la buena".

Ha buscado, no sé aún cómo, por cuentas desconocidas para mí y, cuando lo ha creído oportuno, ha dictaminado "listo, chaval, ahora sí que tienes una cuenta en condiciones", me ha dado una palmada en la espalda, ha rehusado que le dé las gracias, aunque no he hecho ni siquiera intención de dárselas, y se me ha despedido con un aire triunfal y profiriendo un estupendo "si es que lo tengo que hacer yo todo, coño" y me ha dejado totalmente hundido frente a la pantalla en la que han aparecido nuevos tuits que me da miedo hasta leer.

Las lágrimas me han nublado la vista después de enterarme que no sé qué jugador se ha lesionado, Camela tiene que volver pero ya y una conspiración leninista está socavando los cimientos de la nación hasta el punto de que han conseguido infiltrar a un tal Bárcenas para hundir al partido político que va a salvar la nación de la miseria y llevar a los obreros a una vida envidiable. No sé aún de que va Tweeter (si no es así, suena anglosajón el nombrecito) pero si es esto voy a borrar mi cuenta con goma gorda.

Tras un suspiro, me dedico a quitar todas las cuentas que me ha puesto mi cuñao, yo he tardado considerablemente más porque carezco de su pericia, y mañana ya añadiré las mías, si es que me acuerdo de cuáles eran. Al borde de la desesperación voy a cerrar esto cuando veo que, bajo la arroba que hay en los iconos del programa, se ha iluminado una pequeña línea azul. Hoy no tengo ganas de investigar qué significa eso, mañana, con mejor ánimo, me pondré a ello.

2 comentarios:

  1. Jeje,qué bueno,menos mal que mi novio es hijo único!Y no te preocupes..Siempre nos quedará el troleo.X cierto,yo también tengo un blog,te dejo el enlace:http://virgueriasilustradas.blogspot.com

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    1. Y tú no tienes hermanas, espero. Que un cuñao viene también por ahí. Jajaaja. Anoto tu blog. Gracias.

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